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Blue Minimalism

Residential

Mar para cocinar. Mar para descansar. Mar para ducharse. Mar para compartir. 

Orientación al mar en la zona de día

El punto de partida del diseño era favorecer la conexión a todos los niveles: entre plantas, entre espacios, entre todos los miembros de esta familia de siete. Un gran espacio de 250m2 para un gran número de momentos compartidos, en los que además de disfrute, se necesita orden.
 

Entramos a este hogar desde un jardín silvestre que queda posterior al mar, pero, desde el cual ya se ve el Mediterráneo. Es la gran señal de todo lo que sucederá en el interior de esta vivienda.

La cocina y el salón comparten un mismo espacio sin barreras visuales ni físicas, ampliando el horizonte hacia el mar desde cualquier punto.

Los muebles, en tonos blancos, acentúan la luz natural y aportan una sensación de calma y orden. La cocina incorpora una isla central funcional y sofisticada, conectada con una zona de barbacoa exterior para disfrutar de momentos gastronómicos en familia, siempre bajo el sol mediterráneo.

La continuidad visual y material entre el interior y el exterior crea una armonía perfecta. Una conexión, que no termina aquí, ya que en esta planta principal encontramos una suite y baño de cortesía también están abiertos al mar.

El mar que reside en esta segunda residencia de la Costa Brava era el gran protagonista del briefing inicial de este proyecto.

Conexión privada con la Costa Brava en la zona de descanso

Es en la primera planta donde el diseño alcanza su máximo esplendor: una suite concebida como un espacio privado y elegante. El vestidor actúa como transición hacia el baño, donde el mármol aporta un toque de sofisticación. 

La ducha, con una pared de cristal fijo, ofrece una experiencia única: bañarte con el mar como compañero de viaje. El dormitorio principal, abierto y minimalista, permite que el horizonte se convierta en el protagonista absoluto.

En la planta inferior, pensada para los más pequeños, se encuentran tres suites más y una sala de estar familiar. Las duchas, con pequeñas rendijas estratégicamente situadas, mantienen el mar presente, incluso en los espacios más íntimos.

Blanco como elemento de calma, funcionalidad y equilibro

La distribución con la que juega Susanna Cots, además de favorecer la comunicación familiar y la conexión exterior, está especialmente diseñada para buscar equilibrio, orden y calma de esta familia numerosa. 

Los armarios se integran perfectamente en la arquitectura, funcionando como separadores de espacios, almacenaje e incluso elementos decorativos.

Los cabeceros de los dormitorios, en madera natural, cuentan con una ranura que actúa como mesita de noche, un detalle artesanal y práctico. Cada elemento está diseñado para minimizar el mantenimiento y maximizar el bienestar, creando un equilibrio perfecto entre belleza y funcionalidad.

En definitiva, un proyecto donde el mar no es solo una vista; es el alma de la casa, el elemento que une familia, diseño y naturaleza en una experiencia de vida única.


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